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La Maison des
Mégalithes de Wéris
(La Casa de los Megalitos)

Wéris
es un pueblecito
que pertenece al municipio de Durbuy
(Bélgica) y posee buen
número de atractivos que justifican una visita.
Uno
de los más bellos pueblos de Valonia
Oficialmente,
es uno de los “Más
bellos
pueblos de Valonia”, y representa a la
perfección el típico pueblo de Famenne, con sus
granjas alargadas del siglo 19 o sus antiguas casas con entramados de
maderas. Se puede también admirar su iglesia de Santa-Walburge,
magnífico edificio del siglo 11 y bello ejemplo del estilo
románico mosano que caracteriza muchas otras iglesias de la
región. También está su
castillo-granja del siglo 17, construido por un antiguo maestro
herrero, y la “Torre”, al lado de la iglesia, que
era el antiguo “torreón” del
señor local en tiempos del Antiguo
Régimen.
Un sitio megalítico
único
Pero
Wéris
es ante todo conocido por su sitio megalítico, que es el
más importante y mejor conservado de toda
Bélgica. Se extiende sobre unos 8 km de largo y 300 m de
ancho. En el momento actual de las excavaciones, está
compuesto por dos dólmenes de tipo “corredor
cubierto”, con menhires asociados, y también por
seis sitios donde sólo se hallan menhires. Está
situado sobre la meseta de la Calestienne (suyo subsuelo es
calcáreo), que se extiende entre la Femenne y la Ardena, y
cuyos suelos fértiles explican la presencia de agricultores
del Neolítico.
La
arqueología nos ha enseñado que los
dólmenes eran tumbas colectivas y probablemente
también, lugares de culto. En cuanto a los menhires,
todavía quedan preguntas pendientes acerca de su significado
exacto (¿mojones, lugares sagrados, estelas
conmemorativas?)
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¿Un calendario del
Neolítico?
El
periodo de construcción de los
monumentos de
Wéris se sitúa entre 3.000 y 2.800
años antes de nuestra era, en la transición de
las fases recientes y finales del Neolítico. El
Neolítico es ese periodo de la prehistoria que vio al hombre
asentarse y descubrir la cría de ganado y la agricultura.
Más concretamente, los corredores cubiertos de
Wéris se atribuyen a la cultura de Seine-Oise-Marne,
originaria de la Cuenca parisina.
Los monumentos de Wéris están dispuestos en
alineaciones paralelas, en el eje de la Calestienne. No se sabe muy
bien qué nombre atribuir a esta organización
particular. Parece ser que hay que asociarles también las
rocas naturales, como la Piedra Haina, especies de hitos visuales en el
paisaje. Puede que se trate de un calendario utilizado por los
agricultores para marcar las estaciones gracias a medidas de
equinoccios y de solsticios.
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La pudinga y el paisaje
El
sitio debe su buena conservación, especialmente, al
material utilizado: la pudinga
de
Wéris. La pudinga -una especie de
“hormigón natural” compuesto por piedras
solidificadas en un aglutinante de gres- es una roca primaria del
Devoniano de la cual existe un banco en la cumbre de la cresta que
domina el pueblo por el este. De ese banco se fueron desprendiendo
grandes bloques que rodaron por la pendiente. Los constructores del
Neolítico se sirvieron de estas enormes piedras de varias
toneladas que llevaron rodando sobre troncos de madera. En los bosques,
en el lugar llamado “la carrière” (la
cantera), se descubre un extraño amasijo de enormes bloques
de pudinga cubiertos de musgo.
Entre Famemme y Ardenne, la región presenta, por lo
demás, una gran variedad de paisajes, que se descubren
paseando por la meseta de la Calestionne, entre campos de cultivos y
vacas que pacen, o perdiéndose en el bosque lleno de grandes
bloques de piedra pudinga.
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País de leyendas
Wéris
es tierra de piedras, pero también de
leyendas. Varias rocas naturales, por su forma o su
localización, han dado pie a leyendas. Es lo que
pasó con la Piedra
Haina, una aguja rocosa que domina el
paisaje y que los habitantes de Wéris, por
tradición ancestral, van a pintar de blanco todos los
años. Es así como piensan impedir que el Diablo
empuje la piedra y salga del agujero que la roca tapa y que lleva,
según dicen, al mismísimo infierno. Y si, acaso,
el Maligno se las apaña para salir, se ocupará en
hacer sus maldades antes de irse a descansar en la Cama del Diablo, que
es otra roca natural visible debajo de la Piedra Haina. Podemos
mencionar además el Pas-Bayard,
un bloque de pudinga que
lleva la huella del casco del caballo de los Cuatro Hijos de Aymon, y
también la Piedra
San Nicolás.
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La Casa de los Megalitos
El
punto de salida para descubrir el pueblo y la región
(andando si es posible) es la Casa
de los Megalitos (la Maison des
Mégalithes), situada en la
Plaza Arsène Soreil de Wéris. Este espacio de
convivencia nos ofrece un museo, donde se encuentra
información abundante sobre los dólmenes, los
menhires y sus constructores, para que el paseo resulte instructivo. En
la cafetería, podrán saborear la
Dolménius, una cerveza artesanal de color ámbar.
La tienda propone itinerarios de paseos, información
turística, folletos, cartas postales, publicaciones diversas
y souvenirs.
Información:
Maison des Mégalithes (Casa de los Megalitos)
Place Arsène Soreil, 7
B-6940 Wéris (Durbuy)
Tel. (32) 86 21 02 19.
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